Querida Consuelo

Desde aquí queremos agradecerte tu energía y apoyo en este proyecto. Ha sido muy importante tu cercanía y seguir contando contigo este tiempo.

Nos has transmitido tu curiosidad e interés por aprender… y la necesidad de hacernos preguntas. Siempre dispuesta a compartir el conocimiento y enseñar a otros. Sigues siendo una referencia para nosotras y para muchos residentes y médicos jóvenes que te tienen en la cabeza a la hora de hacer una historia clínica “completa” o de revisar sus tesis doctorales.

Juntas hemos compartido el interés por las familias. Las has acompañado con tu presencia a lo largo del tiempo, escuchado en situaciones difíciles y ayudado a tomar decisiones. Siempre has sabido dar un lugar a cada niño en tu consulta, con tu forma de dirigirte a ellos, hablándoles directamente.

Recordamos siempre tu energía en el hospital, yendo de un lado a otro (sin tomar un café), acercándote en domingo a ver a un niño… defendiendo siempre el rigor y el compromiso del trabajo en la institución pública.  

Y desde luego…

La importancia que has dado a trabajar en equipo para atender mejor a los pacientes de “forma compartida”, donde cada uno tiene su sitio. Tu empuje para las “sesiones clínicas” como un lugar de reflexión sobre los niños que nos ha permitido aprender unos de otros y entenderles mejor.  

Nos quedamos con el valor del tiempo, el trabajo compartido y…el gusto de «pensar juntas».