QUIEN TIENE UN AMIGO TIENE UN TESORO
Unos momentos para reflexionar sobre algunas de las consecuencias que tiene para un niño el confinamiento, la necesidad del aislamiento y no poder ir a colegio de forma presencial.
Hemos apreciado el valor de internet y las redes sociales, pero cada vez reconocemos más la importancia del espacio próximo, la cercanía y la convivencia. La escuela on-line y la ausencia de un encuentro regular con sus compañeros y profesores tiene consecuencias importantes para los niños y supone una gran pérdida para su desarrollo emocional.
En estos momentos, poco a poco, empieza la desescalada. Nos encontramos con algunos niños que quieren ir corriendo a jugar con otros o que no paran de saltar por la casa. También están los niños que no quieren salir a la calle, los que se retiran del Zoom de la clase o los que no quieren conectarse ni hablar con los amigos.
Desde los primeros años en los que el juego compartido es un motor del desarrollo hasta la adolescencia en que los amigos sirven de refugio y sostén para la identidad; cada encuentro con otra persona nos personaliza y nos convierte en quienes somos.
Luciano Luterau plantea que la categoría de amigo es el principal estímulo para que un niño crezca. Y señala que la categoría de amigo, no es tal o cual amigo; es un logro psíquico en el desarrollo emocional del niño que es necesario preservar.
Tras la llegada al colegio, señalamos como un momento importante cuando el niño empieza a construir una sensación de pertenencia: “Mi grupo es el rojo, mi clase es la de las Jirafas…soy de la Profe María o incluso… los de 1ºB somos los mejores”. Su clase y su grupo se establece como un lugar donde le esperan y del que forma parte. La experiencia de tener un “mejor amigo” y las vivencias compartidas son aspectos insustituibles de la experiencia infantil.
Entendemos el colegio como entorno seguro para que el niño desarrolle sus capacidades; un lugar de convivencia y apoyo. Aprender y compartir con otros, fuera del entorno familiar, es mucho más que adquirir conocimientos.
La ausencia de la escuela presencial nos hace recordar aspectos fundamentales del encuentro con otros. Un profesor que sirve de referente y devuelve capacidad; alguien que facilita el desarrollo del pensamiento y la ilusión por descubrir cómo funciona el mundo. Los amigos como el “afuera” que limita la tendencia a conductas infantiles. La imitación, la risa compartida, la conexión con otros, la competencia, la posibilidad de medirse con otros y la necesidad de resolver los conflictos …
Es especialmente importante hacer un esfuerzo para que los niños puedan mantener las relaciones con otros. En este sentido es fundamental la implicación de los padres para mantener el recuerdo y el relato sobre sus amigos y recuperar en la medida de lo posible relaciones de continuidad con 3 ó 4 niños de su edad. (Sin forzarlos y con las medidas de protección adecuadas).
Para terminar tres recomendaciones: Un artículo de Merche Becerra: “¿Cuándo volveremos al cole?”, El Libro de Carmen Guaita “Los amigos de mis hijos” y el libro de Luciano Luterau “Más crianza, menos terapia”.
Beatriz Sanz Herrero. Psicóloga Clínica